MADRID -- Real Madrid vuelve al Veltins Arena un año después. El
Schalke 04 alemán nuevamente se cruza en el camino merengue en los
octavos de final de la Champions League por segunda temporada
consecutiva. En aquella ocasión, el Madrid dejó la eliminatoria
prácticamente sentenciada con una victoria por 1-6 en la ida. Un
resultado que será casi imposible repetir y que retumba en la memoria de
la afición merengue, que ávida de una gran gesta, espera poco menos que
eso para volver a confiar en un equipo que a casi dos semanas de una
dolorosa derrota en el derbi madrileño continúa lamiéndose las heridas.
"El hecho de habernos enfrentado a ellos el año pasado no nos
beneficia. Si acaso, les da a ellos ventaja. Sería un error pensar que
jugar en Gelsenkirchen será fácil y que repetiremos lo del año pasado",
señaló el capitán merengue Iker Casillas en entrevista con los medios
oficiales de la UEFA.
Aunque de nueva cuenta el vigente monarca europeo es el gran
favorito para avanzar a la siguiente ronda, muchas cosas han cambiado
para el conjunto merengue desde entonces. Esta vez, llega Alemania con
un equipo plagado de bajas por lesión, inmerso en un mar de dudas y con
sólo dos títulos a los que aspirar, una situación que contrasta por
completo a la que atraviesa en este momento.
La del 26 de febrero de 2014 fue una de las mejores exhibiciones
del conjunto merengue la campaña pasada; en concreto, de la llamada
'BBC'.
Madrid había salido a la cancha con equipo de lujo, Angel Di
María y Xabi Alonso incluidos. Hoy, el puesto de Xabi Alonso continúa
vacante. Aunque razonablemente cubierto en los primeros meses de la
campaña por Luka Modric, la lesión del croata ha obligado a Carlo
Ancelotti a decodificar a jugadores como Isco y Toni Kroos, de perfil
más ofensivo, pues no confía plenamente en Asier Illarramendi y Sami
Khedira, baja para este partido, se ha pasado más de media temporada
lesionado. Menos complicado ha sido olvidar al argentino gracias a James
Rodríguez, quien ha jugado un papel clave en la creación. Sin embargo,
la lesión del colombiano ha obligado a Ancelotti a echar mano de Illarra
para completar la media, pues Isco, quien ha pasado de suplente de
Modric a indiscutible por las circunstancias, tuvo que volver a un
puesto más avanzado.
Tampoco estará el valuarte de la defensa, Sergio Ramos, que se ha
quedado en Madrid debido a una lesión muscular. En su lugar, será
Raphael Varane quien forme la pareja de centrales con el portugués Pepe,
recientemente recuperado de una lesión.
Adelante, los mismos de siempre. Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y
Gareth Bale. Los tres hombres que el año pasado resolvieron el partido
en su fiesta particular con dos goles cada uno; dos asistencias de
Cristiano y Karim y una de Bale, antes de que Huntelaar anotara el del
honor para los locales.
Dominadores de principio a fin, los merengues realizaron 13
remates a puerta, la mayoría a cuenta del trío goleador: siete de
Cristiano, dos de Karim y dos de Bale. Isco y Di María también
contribuyeron a los intentos merengues con un remate cada uno.
Pero el 'tridente' que maravillaba a Europa en 2014 ha comenzado 2015, como el Madrid entero, a marchas forzadas.
A estas alturas del año pasado, el cuadro merengue sumaba seis
victorias consecutivas. Poco antes había certificar su pase a la final
del torneo de Copa del Rey después de dos victorias por 3-0 y 2-0 sobre
el Atlético de Madrid. La victoria por 3-0 sobre el Elche del fin de
semana anterior le había dado el liderato en la tabla, mismo que
conservaron durante cuatro semanas más hasta la derrota por 2-1 ante
Sevilla en que cayeron a la tercera posición en la que, eventualmente,
acabaron el campeonato. En ese inicio mágico de 2014 habían sumado 12
victorias y un empate.
2015 ha dejado hasta ahora seis victorias al Real Madrid, pero
también varios dolores de cabeza. El año empezó con una derrota ante
Valencia que puso fin a su racha ganadora de 22 triunfos consecutivos. Y
ya llevan tres descalabros en total. Aunque todavía líderes en el
campeonato doméstico en la presente campaña, Madrid ha dejado su
situación bastante comprometida, pues la derrota en el Calderón permitió
que Barcelona recortara distancias a tan solo un punto. Más dolorosa
resultó cuando dos semanas antes había sido precisamente el Atlético de
Madrid el que se había encargado de privar al cuadro merengue de la
oportunidad de refrendar el título de Copa al eliminarlo en los octavos
de final.
Cristiano Ronaldo, la gran estrella que el año pasado estableció
el récord de 17 tantos anotados en la misma campaña de la Champions
League, atraviesa un mal momento y hace un mes que no marca gol. Lejos
estaba el portugués, en el enfrentamiento del año anterior, de padecer
los problemas en la rodilla que acarrea desde hace meses y que, para
disgusto del conjunto merengue, han reaparecido. Su rendimiento se ha
visto alarmantemente mermado desde enero a la fecha.
Tampoco el Schalke es el mismo, si bien los cambios han sido más
sutiles. Su temporada ha seguido prácticamente el mismo camino que el
año pasado y solo una de sus incorporaciones, Choupo-Moting, se ha hecho
con el puesto de titular y de hecho marcha como máximo goleador del
equipo junto a Huntelaar con diez tantos. Por lo demás, ha sufrido tanto
o más para llegar a la cuarta posición de la Bundesliga, a 18 puntos
del Bayern. También llega al partido con bajas sensibles por lesión,
particularmente la del arquero Ralf Färhmann, pues sus suplentes, Fabian
Giefer y Tomon Wellenreuther apenas tienen experiencia con el equipo
alemán. Ha perdido, del mismo modo, al campeón del mundo Julian Draxler y
a Chinedu Obasi. La gran diferencia, es que el año pasado Madrid
visitaba a un equipo ilusionado; en esta ocasión, a uno que aprendió su
lección y con hambre de venganza.
"Queremos causarle daño al Real Madrid. La clave está en no ser
tan inocentes como el año pasado. Estábamos demasiado centrados en
atacar porque jugábamos en casa pero si lo haces contra el Madrid casi
seguro caes eliminado", señaló el campeón mundial Benedikt Höwedes a la
prensa de su país en días pasados.
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