Al medir fuerzas en casa ante un motivado Jaguares, Cruz Azul no solo busca romper su malaria en el Clausura 2017 si no, por primera vez, alejarse en directo de zona de descenso
El viaje que se antojaba esperanzador, a bordo de la Máquina Cementera ha tenido una mutación preocupante; esta se ha desviado de su curso a causa de seguir un mapa que hasta ahora ha sido todo menos exacto y fidedigno. La consecuencia: su arribo a una estación extraña, pero, sobre todo, con un ambiente espeluznante.
Jornada 9 del Torneo Clausura 2017, más de la mitad de la vida del mismo se ha ido ya y las consecuencias de los desprecios de puntos se sienten ya y se sentirán, con más fuerza aún, a futuro: Cruz Azul y Chiapas chocan en la Ciudad de México, en una batalla con varias aristas, de las cuales resalta la lucha por el no descenso.
La cruda realidad alcanzó al equipo de Paco Jémez. Hoy en día, los celestes son penúltimos en la clasificación, en donde son rebasados por Jaguares que ocupa el lugar 9, pero, sobre todo, están a 3 escalones del fondo de la porcentual, en la cual superan a los sureños; solo separados por 10 puntos del colero Morelia.
Si bien la condición de equipo grande del Cruz Azul le obliga a apuntar siempre hacia el título es un hecho que si una catástrofe llegará a ocurrir, podrían perder la categoría por primera vez en su historia. Increíble, pero cierto: deben atender con igual prioridad este tema.
Es un hecho que la presión ha comenzado a asfixiar el proyecto de Paco Jémez. Más allá de los dimes y diretes, la cuestión cancha manifiesta a plenitud este argumento. A pesar de ser el equipo con mayor posesión de pelota en toda la Liga MX, la Máquina solo ha podido convertir 6 goles en el Clausura 2017 y presume unicamente 1 victoria, acompañada de 3 empates y 4 derrotas.
El estratega español ha intentado ajustar su sistema de juego, de su usual 4-3-3, a un más suicida 3-2-3-2, pero hay un factor que él no puede controlar: la nefasta definición de sus jugadores.
Y es que Cruz Azul es el segundo equipo que más chuta en la Liga MX con 128 intentos, de los cuales solo 26 han ido al marco y únicamente 6 han terminado en gol; el segundo peor porcentaje de efectividad, superado nada más por León.
Bajo este paradigma, se puede determinar que la Máquina crea 3 ocasiones reales de gol por partido aproximadamente; en este rubro es en donde Jémez tiene injerencia: cómo mejorar las interacciones y mecanismos de producción ofensiva.
Definir la medular del Cruz Azul es básico. Tal parece que Gabriel Peñalba y Rafael Baca deben ser los pilares de la misma por su capacidad de abarcar terreno y su lucidez con la pelota. El carril central también ha funcionado mejor con Ángel Mena que sin él, pues realmente enlaza con los delanteros generándoles espacios con su agitación y sus pases filtrados.
Tema aparte merece el juego externo, pues si bien Martín Rodríguez ha intentado ofrecer penetración desde la izquierda, es víctima de la intermitencia; la banda derecha es un desierto que quizá podrían poblar Richard Ruiz o Jesús García, ambos con poca oportunidad en lo que va de la temporada.
Enfrente de la Máquina se plantará Jaguares, que navega alejado de las medianías. Es un equipo que gana o pierde, pero nunca empata, o no lo ha hecho en el Clausura 2017. Así ha cosechado 4 triunfos e igual número de empates; sin embargo, sus festejos son para destacar y sorprenderse.
Los chiapanecos han derrotado a Toluca, América, Tigres y Guadalajara, todos equipos con mucha mejor nómina y más rica historia. De mantener la tendencia, Cruz Azul pinta como una muy posible víctima.
Sergio Bueno ha logrado un objetivo complicado con sus Jaguares: jugar simple. Orden defensivo con una base fija, reforzado con una doble línea de 4, 1 mediapunta y 1 delantero. La variante de la misma puede ser apostar por un par de contenciones o bien un volante mixto, y de mayor capacidad creativa, como Dieter Villalpando, que le permita juntar pases a la ofensiva y lanzar a sus volantes extremos hacia los costados.
Oscilando entre la mayor tenencia de la bola y la menor a lo largo de sus partidos en la Liga MX, Chiapas seguramente apostará por un repligue medio ante Cruz Azul, para intentar recuperar la pelota antes de su área para proyectar a la espalda de una línea defensiva celeste eternamente adelantada y de poca velocidad.
Gran oportunidad para Jaguares de dar otro paso más en dirección opuesta al descenso y franca hacia zona de clasificación, misma que tienen a un suspiro de distancia. Para Cruz Azul, esta guerra querrán que sea la última por no perder la categoría y la primera que los saque del fango de confianza, accionar y resultados, en el que se encuentran.
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