Foto: EFE
Real Madrid vence 3-2 al Sevilla con dos goles in extremis y gana la Supercopa de Europa
Bien pudo haberse llevado el triunfo el Sevilla, que fue mejor en noventa minutos contra un diezmado Madrid. Acarició la venganza de la derrota hace dos años en Cardiff (Gales) en la misma competición, pero, como en 2015 en Tiflis frente al Barcelona, cayó en la prórroga en un partido lleno de emoción disputado en Trondheim (Noruega).
Tanto Zidane como Sampaoli sorprendieron de salida. El francés puso de inicio a Kovacic y Asensio y dejó en el banquillo a Benzema, el único miembro de la BBC disponible. El técnico argentino, en su debut oficial con el Sevilla, eligió a Kiyotake, Iborra y Vitolo y reservó a Konoplyanka, Kranevitter y Sarabia.
Siete cambios en cada once respecto a las finales de Liga de Campeones y Liga Europa que jugaron hace tres meses, obligados por lesión (Ronaldo, Pepe, Navas), precaución (Bale, Kroos) o porque ya no están (Banega, Gameiro, Krychowiak, Coke). Demasiados para sacar conclusiones, y menos aún sin acabar la pretemporada.
Había anunciado Sampaoli que quería un Sevilla protagonista y valiente, que no se achicara frente al rival. Y vaya si lo hizo. Colocó una línea de tres atrás y convirtió a Mariano en extremo. La presión, alta, y con el toque como sello. Un estilo muy alejado del que tanto éxito le dio a Unai Emery.
La de Asensio, por ejemplo, que se entendió muy bien con Isco, Morata y Lucas Vázquez. A este último le dio un pase de la muerte al que no llegó por centímetros, pocos minutos antes de adelantar a su equipo con un gol de categoría.
Agarró un balón suelto tras un saque de banda a veinte metros de la portería y sacó un remate colocado con la zurda que se fue al interior de la escuadra de Sergio Rico, que aunque hizo la estatua y creyó que iba fuera, no habría llegado de ninguna manera.
El "Mudo" Vázquez, notable en su debut con el Sevilla, tiró de picardía para aprovechar un control que se le había escapado a Vitolo dentro del área y sacar un remate ajustado con la zurda entre una maraña de jugadores, imposible para el portero blanco.
En una de las frecuentes subidas del Sevilla por la derecha, Vitolo, cambiado de banda, engañó con un regate seco a Ramos y forzó un penalti ejecutado con sutileza por el extremo ucraniano.
Reaccionó el Madrid, con James ya en el campo. Encerró al Sevilla por momentos con varios centros venenosos desde la línea de fondo. Pero un disparo de Carvajal fue su única ocasión clara.
Peor fue aún para el equipo de Sampaoli cuando Kolo vio su segunda amarilla, tres minutos después de la primera, al comienzo de una prórroga en la que el Madrid ya había arrancado mucho mejor.
Pero a un minuto del final, el protagonista más inesperado, Carvajal, hizo un eslalon por la banda que culminó con un remate seco con el exterior, que selló la tercera Supercopa para su equipo.
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