Ahora más que nunca, Costa Rica y Canadá deben salir a muerte por un triunfo que aleje cualquier riesgo de perderse los cuartos de final de la Copa Oro 2015
Es ahora o nunca. Los momentos claves exigen y obligan a
mostrar facetas que anteriormente no se mostraron por miedo, pereza,
falta de aplicación y, hasta, mala fortuna. Cuando la sobrevivencia está
en juego, todo puede suceder.
La Copa Oro 2015 trae a escena la última ronda de partidos para los miembros del grupo B. En el BMO Field de Toronto, Costa Rica se mide a Canadá, en un duelo en el que ambos no pueden darse el lujo de perder o empatar.
Costa Rica es segundo de grupo, tras Jamaica, con dos puntos. El concurso tico ha dejado mucho que desear pues fueron incapaces de superar a Jamaica y El Salvador cuando, antes de arrancar la Copa Oro eran señalados como favoritos, incluso, a pelear por el título con Estados Unidos y la Selección Mexicana.
De hecho ese aspecto es otro gramo más de presión para los ticos: tras una fantástica Copa del Mundo, Paulo Wanchope ha quedado a deber y de no alcanzar las semifinales de este torneo podría despedirse del banquillo rojo.
Por su parte, Canadá tiene fe en lo que dicen las matemáticas: un triunfo le podría asegurar la segunda plaza o mínimo convertirlo en uno de los dos mejores terceros lugares y, con ello, instalarse en los cuartos de final.
No obstante, para lograr lo anterior deberá lograr algo que no ha podido todavía en esta Copa Oro: anotar un gol. Benito Floro y compañía esperan que la obligación de jugar al límite, por su vida en el torneo, provoque una despertar en su producción ofensiva. Al final, sin goles, no hay paraíso.
La Copa Oro 2015 trae a escena la última ronda de partidos para los miembros del grupo B. En el BMO Field de Toronto, Costa Rica se mide a Canadá, en un duelo en el que ambos no pueden darse el lujo de perder o empatar.
Costa Rica es segundo de grupo, tras Jamaica, con dos puntos. El concurso tico ha dejado mucho que desear pues fueron incapaces de superar a Jamaica y El Salvador cuando, antes de arrancar la Copa Oro eran señalados como favoritos, incluso, a pelear por el título con Estados Unidos y la Selección Mexicana.
De hecho ese aspecto es otro gramo más de presión para los ticos: tras una fantástica Copa del Mundo, Paulo Wanchope ha quedado a deber y de no alcanzar las semifinales de este torneo podría despedirse del banquillo rojo.
Por su parte, Canadá tiene fe en lo que dicen las matemáticas: un triunfo le podría asegurar la segunda plaza o mínimo convertirlo en uno de los dos mejores terceros lugares y, con ello, instalarse en los cuartos de final.
No obstante, para lograr lo anterior deberá lograr algo que no ha podido todavía en esta Copa Oro: anotar un gol. Benito Floro y compañía esperan que la obligación de jugar al límite, por su vida en el torneo, provoque una despertar en su producción ofensiva. Al final, sin goles, no hay paraíso.
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