SANTOS -- Ricardo Valenzuela es un aficionado más que se viste con una 'biplayera' con los colores de México y Brasil, porque son "países hermanos", dice. Sin embargo, la historia que tiene detrás se asocia al balompié profesional de México, específicamente como asistente de la Primera División profesional.
Felipe Ramos Rizo lo recuerda como un tipo entusiasta, que efectivamente no pudo trascender más allá de auxiliar. Estuvo sólo siete años. Dirigió en divisiones inferiores, pero tiene algo de peculiar: Fue quien llenó la cédula arbitral en aquella batalla campal entre América y Chivas en el Estadio Azteca.
Como festejo de sus cincuenta años, Ricardo se dio el 'lujo' de ahorrar y disfrutar de la Copa del Mundo. Desde el 7 de mayo salió de México. Ha recorrido prácticamente toda Sudamérica con mochila en mano y mucho kilometraje de vivencias.
Comenzó su andar en Bogotá, ha pasado por Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay y Argentina y hoy está en Santos. Su periplo lo considera como "una delicia y experiencia", porque difícilmente, en América, podrá ver otro Mundial. "Esta es una oportunidad dorada. No sé cuándo vuelva a ver una Copa del Mundo en Brasil", justifica sobre los 80 mil pesos que trae en el bolsillo para gastar en esta aventura.
Pero cómo asistente, que estuvo como cuarto árbitro en aquella batalla campal del América Guadalajara, asegura que siempre será parte del futbol, por lo que después de siete años como auxiliar, se retiró en 1990 para comenzar otra facetas dentro del balompié, acaso la más importante para él, la de aficionado.
"Cuando estoy en el estadio me vuelvo aficionado. Siempre lo he sido. Desde niño. Soy uno más. Fue una etapa muy bella la del arbitraje. Fui parte de la generación de Armando Archundia, Felipe Ramos Rizo, Miguel Ramos, Epifanio Baños, Arturo Brizio, Joaquín Urrea y todavía me tocó Antonio R. Márquez, es decir, toda una generación fantástica.
"Estuve en aquella batalla campal entre América y Chivas en el Azteca. Fue en el retiro de Antonio R. Márquez. Don Antonio me compartió el privilegio de estar como cuarto árbitro cuando se retiró. Los jueces de línea eran Miguel Ramos Rizo y Epifanio Baños. Me tocó llenar la cédula con todos los pormenores de aquella bronca. Tuve que expulsar a todos los jugadores", rememora.
Ricardo recuerda que lamentablemente no pudo detener a nadie en ése pleito histórico. "Cada minuto casa segundo que pasé como asistente, pero no llegué a mi sueño de ser árbitro central. No pude, pero aquí estoy y quiero disfrutarlo mucho como aficionado. No estuve como silbante en una Copa del Mundo, pero lo estoy como aficionado", resume.
Valenzuela vive en San Miguel de Allende, Guanajuato. Ha sacrificado a su familia. Su hijo y amigos.
"El cambio es bueno. He conocido mucha gente en el camino. Esto es cada cuatro años. No me lo puedo perder. Son historias y oportunidades que la vida te da. Apoyo a México hoy al ciento por ciento. Me he sacado la lotería".
Estamos afuera del complejo 'O Rei Pelé'. Ricardo quiere presenciar el entrenamiento de la Selección Nacional, pero es difícil. El Tri entrena a puerta cerrada. Empero, Tiene boleto para el juego Brasil-México y lo presume. "Voy hacer parte de esa historia. Estoy muy emocionado", confiesa. Para ello guarda pulseras de cada uno de los lugares que ha visitado. Lleva diez y asegura que quiere coleccionar más en esta travesía.
Ricardo Valenzuela es el imán de la prensa internacional. Más cuando confiesa que fue árbitro asistente profesional. Periodistas brasileños se 'enganchan' con la historia. Se le se hace increíble que hoy el ex auxiliar grite a los cuatro vientos "¡Abran la puerta porque quiero ver entrenar al Tri!".
Valenzuela estuvo en un partido donde estuvo Ricardo Peláez hoy directivo del Tri. Vidas diferentes. Antes el futbol los unía en una cancha... Hoy, los separa.