El gobierno brasileño ha gastado más de cinco mil 800 millones de dólares para poner en forma las 12 sedes que recibirán los 64 partidos de la Copa del Mundo, que arrancará el próximo12 de junio.
La cifra parece alta, sin embargo las ganancias que obtendrá después de que termine la competencia serán de más de 57 mil millones de dólares (mdd), por concepto de turismo y el incremento en la producción nacional de bienes y servicios.
Un estudio de la firma argentina Deloitte señala que durante los cuatro años de preparación para el torneo (2010-2014), se generarán en Brasil 63 mil millones de dólares en rendimientos, teniendo un aumento del 80 por ciento en el sector turístico, el cual representará un crecimiento de cinco a nueve millones de visitantes en este año y un beneficio de más de dos mil millones de dólares.
El gasto que ha hecho el estado en estos cuatro años ha sido principalmente en la construcción y modernización de los estadios mundialistas para lo que desembolsaron dos mil millones de dólares. En la ampliación y mejora de la oferta hotelera se hizo un gasto de mil 300 mdd y mil 200 mdd para la reurbanización de las ciudades que albergarán la justa internacional.
Además se invirtieron 640 mdd en rutas u autopistas las cuales crecerán en más de cuatro mil 300 kilómetros, así como 540 mdd en el mejoramiento de aeropuertos y 138 mdd en el perfeccionamiento y aumento de la infraestructura en las comunicaciones.
El impacto del Mundial también se verá reflejado en el aumento del Producto Interno Bruto de las 12 sedes que participarán, dejando ganancias de seis mil 500 millones de dólares, lo cual significará un aumento del 9.6%, es decir 2.1% más de lo que registró en 2010 cuando el PIB tuvo su mejor récord de los últimos cinco años.
Otro de los sectores que se vieron y se verán beneficiados con la Copa del Mundo será el del empleo, ya que durante el último periodo de cuatro años se han generado 3.63 millones de plazas, que si bien la mayoría son temporales, han cooperado con el crecimiento de la economía brasileña.
Con un entorno social complicado en el cual una gran parte de la población demanda inversión en otros temas como educación y la pobreza, el gobierno brasileño intentará aprovechar el impulso e impacto económico del Mundial y hacer valer el fuerte gasto que hizo para ponerse a punto en el torneo deportivo más esperado de los últimos años.
