SAN SEBASTIÁN, España, Abr. 5, 2014.- Real Madrid encontró menos oposición de la esperada en su visita a Anoeta, se impuso con rotundidad por 0-4 a la Real Sociedad y mantuvo vivo el sueño de ganar al Atlético de Madrid y al Barcelona en la carrera por el título de Liga.
Asier Illarramendi, en el último minuto del primer tiempo, abrió el marcador en su retorno al estadio que le vio despuntar y allanó el camino de la victoria al equipo blanco.
El conjunto de Carlo Ancelotti sabía al empezar el choque que Atlético de Madrid y Barcelona habían ganado sus partidos y que, por tanto, todo lo que no fuera vencer le podía dejar virtualmente sin opciones en la Liga.
Apostó, no obstante, el Real Madrid por un juego de control y por esperar a que se desgastara una Real ambiciosa que focalizó todo su peligro en la botas de un activo Carlos Vela.
Sin Cristiano Ronaldo, al que Ancelotti dio descanso para que se recupere de sus problemas de rodilla, los blancos tomaron la referencia en Benzema, pero Iñigo Martínez cerró las vías de acceso al área local al delantero francés durante los primeros minutos.
La lesión de José Ángel condicionó las prestaciones de los locales y el propio partido, ya que, sin sustituto natural en el banquillo, el central Mikel tuvo que encargarse del lateral izquierdo de la Real.
En un choque igualado pudo moverse el marcador a favor de los blanquiazules en el minuto 22, en un remate de cabeza de Griezmann que pasó unos centímetros por encima del larguero de un Diego López que transmitió seguridad a su equipo.
El Real Madrid comenzó a crecerse en el tramo final del primer tiempo y al borde del descanso llegó el 0-1 en una jugada iniciada por Benzema, que trató de sorprender con un duro remate a Bravo, el cancerbero chileno lo repelió pero Illarramendi, oportuno, empujó el balón al fondo de la red y luego no celebró el gol que le hacía a su exequipo. La Real quedó noqueada y ya no volvió a meterse en el encuentro.
Trs el descanso, los de Ancelotti tuvieron un largo periodo para jugar a placer y los palos se aliaron con una Real que sufría para no ver de nuevo perforada su portería, como pudo ocurrir con un trallazo de Benzema que Bravo desvió al larguero.
Nubló su gran intervención el cancerbero chileno segundos después con un error de bulto al entregar un balón a Bale, que, desde unos 25 metros, coló un misil en la portería realista al que no pudo llegar un desplazado Bravo.
Hasta el final vivió de forma plácida el equipo de Ancelotti, que liberó el pie del acelerador y se reservó pensando en su partido de Champions ante el Dortmund.
Aún tendría tiempo el once madridista para cerrar el choque con goleada, primero con un tanto de Pepe ante otro desajuste defensivo de los locales y luego la culminación de Morata en un contraataque recién entrado en el terreno de juego.
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