RECIFE -- "Es difícil que dejen entrar a los familiares", expresó un miembro de la comitiva mexicana. Sin embargo, ahí estaban. En algunos casos se pudo identificar a las personas cercanas a los seleccionados, como el caso de Andrés Guardado y Oribe Peralta. Se respira un ambiente diferente.
El reconocimiento de cancha de la Arena Pernambucano fue diferente. Regularmente el silencio sólo es roto por el diálogo entre jugadores y el constante peloteo en el campo de juego. En esta ocasión fue diferente. "¡México...! ¡México...! ¡¨México...!", fue el grito que cobijó el primer entrenamiento del equipo mexicano. La gente se apostó en una de las tribunas centrales del escenario. El hermano de Oribe portaba un muñeco de peluche con la camiseta del 'Hermoso'. Otros preferían el 'anonimato' y se escurrían en la parte trasera de la tribuna.
La sensación de respaldo ahí está. El lunes, México se juega su pase a la siguiente fase. En el equipo se respira un ambiente diferente. El calor de la familia los anima. Abajo en el campo juegan bromas. Arranca la sesión con un buen espíritu. Bromas y sonrisas.
Son 15 minutos en los que a los medios le permiten acceso. Los 'suyos' se quedaron hasta en el último trabajo táctico que realizó el cuadro Tricolor. Los seleccionados no tendrán contacto con los medios de información. No más zonas mixtas. Concentración total.
Los únicos que hablarán con los representantes de los medios es Miguel Herrera y Héctor Moreno. En el equipo mexicano no quieren distracciones. Saben que se juegan todo o nada en el campo donde su gente quiere verlos triunfar. Fotos y comentarios. La palabra final la tienen los jugadores y el lunes será la última... O la primera para buscar hacer historia en Brasil.
